lunes, 1 de julio de 2013

Chaquetas de Verano

Con el calor asesino ya molestando (y es que escribo esto a las 3 de la mañana sin poder dormir a causa del calor horroroso que hace), el llevar chaqueta se convierte en un reto para todos. Se verá en muchos lugares abogar por las chaquetas ligeras, de tejidos frescos....yo creo que, por lo menos con el tiempo que hace en la mitad sur de la península no importa demasiado el tejido. Porque uno se va a cocer igual.

No obstante, yo sigo utilizando la chaqueta en verano. ¿Por qué? Pues primero, porque como uno muere asado igual, por lo menos muere con buen aspecto, y segundo, lo hará acompañado de sus pertenencias. Y esta es la prncipal razón por la que le encuentro uso a la chaqueta de verano. Movil, cartera, llaves, en mi caso iPod, abono transporte y pañuelo, y si se tiene un cierta edad puede que gafas de leer. La estilográfica según el plan; para ir al cine no creo que la lleve encima nadie. En cualquier caso, eso cabe en el bolso de la acompañante y en unos pantalones cargo. Desconozco si el lector tiene una mujer con bolso que le acompañe a todas partes, pero yo acabo de encontrar una razon de peso para casarme. Volviendo al tema que nos ocupa: los pantalones cargo no son elegantes y deberían limitarse a los excursionistas y el bricolaje. Así que habrá que llevar una chaqueta.

Lo bueno de las chaquetas de verano es que además de permitirnos cargar con toda la cacharrería necesria para hacer la vida diaria en este siglo que nos ha tocado vivir, es que si uno no es el ya desgraciadamente clásico español al que le asustan los colores, hay chaquetas de verano que pueden dar un specto verdaderaente diferente a nuestro armario. Las ocasiones para llevar una chaqueta de verano extravagante son además abundantes, si uno se atreve: básicamente cualquier momento informal en el que haga calor. Desde luego no va uno a llevar una chaqueta de lino rosa y gris en enero, principalmente por cuestiones de evitar la muerte por congelación, pero si tendrá lugar en una tarde de compras estival o ese viaje a una ciudad costera.

Y es que el lector que conozca las normas del vestir, cada vez más desconocidas y menos respetadas, sabrá que en invierno hay menos lugar para la variedad de diseños que el verano nos da la libertad de utilizar.