viernes, 30 de agosto de 2013

Mamarrachadas textiles I

Se define mamarrachada como acción ridícula en el diccionario. Y al diccionario, aunque la RAE aceptase "muslamen" y cosas así, pues de momento se le hace caso.

Quiero hablar de los chalecos de chándal con capucha. Llevados sin camiseta. Hace poco tuve la desconcertante ocasión de ver a un famoso (Paqurrín) con semejante atuendo. Así que quiero hacer dos cosas. La primera es crucificar /empalar/ descuartizar públicamente al ser que diseñó semejante prenda. Y digo públicamente porque ha de servir de ejemplo, ya que la idea que hay detrás de toda acción es ir a mejor (o por lo menos se supone que estamos programados para ello...cosas de la evolución), e ir a mejor no es que a alguien se le ocurra eso. La forma de mejorar el mundo después de que semejante engendro saliese a la luz es la total destrucción de la cabeza (que no por ello tiene que ser pensante) que ideó eso. De hecho seguro que no es pensante ni nada remotamente similar a la acción de pensar. Similares deberían ser las acciones dirigidas al comprador de semejante objeto. El filtro de cualquier persona que no sea Ray Charles o Stevie Wonder  debería bastar para que quemase eso nada más verlo.

Y no es que esté en contra de los chándales. De hecho tengo un par de pantalones y todo. Sirven para pintar y mover muebles o hacer bricolaje. Para la jardinería también son aptos. Pero acompañados de otras prendas. Porque aquí está el segundo punto importante. Chaleco. Sin nada debajo. Eso deja de lado la crucifixión, ya que no mata necesariamente. Aquí el desmembramiento y las opciones letales se tornan de imperiosa necesidad.

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