jueves, 9 de agosto de 2012

Anécdotas de gañán I

Como se puede deducir del título, esto se convertirá en algo habitual. Un lugar en el que verter anécdotas varias. Pero empecemos con una explicación. Por qué autodenominarme gañán. Vivo en la sierra, mi casa la rodean un descampado con hierba seca, un burro algo más arriba y un vecino pirómano detrás. Poco se vive por aquí.

Realizadas las explicaciones pertinentes, diré que hoy he visitado al panteón de los hombres ilustres. Ingenuo de mi, que imaginaba algo similar al de París. Parece ser que en Madrid tenemos un edificio de arquitectura neobizantina cuyo parecido a cualquier edificio bizantino es pura coincidencia con varios políticos decimonónicos colocados en su interior. Además tiene aspecto desangelado, y tiende a la fealdad.

Cabe destacar que los escultores hicieron un gran trabajo en lo que a las esculturas en bulto redondo se refiere, pero se cansaron al llegar a los relieves. Apenas perceptibles. Qué le costaba haberle dado un poco más con el cincel para que se distinguiera un angelito de otro en el mural, oiga.

Pero no ha sido todo sufrimiento, exceptuando el justiciero sol, no ha estado mal, han salido unas cuantas fotos interesantes de edificios en los que jamás me había fijado y ya obra en mi poder otro 120 para el próximo paseo fotográfico.


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